sábado, 29 de agosto de 2009

Los riesgos de los anticonceptivos de 3ra generación

Nota 1 de junio 2015 ver tambien

Uso de anticonceptivos orales y riesgo de tromboembolismo



Cómo elegir píldoras con menos riesgo
Dos investigaciones advierten que los anticonceptivos de “tercera generación”, promocionados como los que no provocan aumento de peso, presentan el doble de riesgo de generar trombosis que los comunes. No hay diferencias en su eficacia.

Por Pedro Lipcovich
Página 12/ 29/9/09
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-130801-2009-08-29.html

Pastillas anticonceptivas de uso habitual en muchos países, incluida la Argentina, presentan un riesgo aumentado de generar coágulos en las venas profundas del organismo. Así lo indican dos estudios publicados en una importante revista médica británica.
Las más peligrosas son las que corresponden a la “tercera generación” de píldoras anticonceptivas –de las que suele publicitarse que no provocan aumento de peso o acné–, en las que el riesgo llega a duplicar el que presentan las de la segunda generación.
Estas investigaciones de ningún modo descalifican la utilidad de las pastillas anticonceptivas y el riesgo de trombosis es relativamente bajo, aun con las drogas cuestionadas. Lo que advierten los investigadores es que “muchas mujeres no usan las marcas más seguras en cuanto al riesgo de trombosis”. La eficacia anticonceptiva de las distintas drogas es la misma, y estas investigaciones no constataron que ninguna de ellas produzca menos aumento de peso que las otras. La única diferencia, entonces, es que algunas tienen más riesgos. Y “la opción más segura –según estas investigaciones– es un anticonceptivo oral que contenga ‘levonorgestrel’ combinado con una baja dosis de estrógeno”.
Los dos estudios se publican en el British Medical Journal. Uno de ellos fue realizado en Holanda por investigadores de los departamentos de Ginecología, Trombosis y Medicina Vascular del Centro Médico de la Universidad holandesa de Leiden, integrado por F. R. Rosendaal y otros investigadores. El análisis incluyó a 3284 mujeres de entre 18 y 50 años. Los investigadores recuerdan que, “desde 1961, diversos estudios confirmaron que el uso de anticonceptivos orales incrementó entre dos y seis veces el riesgo de trombosis venosa”. Esta condición consiste en la formación de coágulos sanguíneos en el interior de venas; esto suele suceder en las venas profundas de las piernas o de los brazos; eventualmente, el coágulo puede trasladarse a una arteria de pulmón y bloquearla, en lo que se llama embolia pulmonar.
Entre la población general, cinco personas de cada cien mil sufren trombosis cada año; entre las mujeres que toman anticonceptivos orales, el riesgo se eleva a 15 o 25 de cada cien mil. Este riesgo es bajo y no pone en cuestión los beneficios de la píldora en general (ver recuadro), pero puede reducirse o aumentar según el tipo de píldora utilizada.
Los anticonceptivos orales de uso habitual combinan una hormona llamada estrógeno y otra llamada progestágeno. Hay distintos tipos de progestágenos, y las distintas marcas de píldora incluyen uno u otro. Las de la “segunda generación” de anticonceptivos orales –que siguen siendo ampliamente utilizados– contienen levonorgestrel o, menos a menudo, norgestrel. Las de la “tercera generación” contienen desogestrel o gestodeno; otros fármacos con acción antiovulatoria incluyen drogas como norgestimato, ciproterona acetato y drospirenona.
La investigación de la Universidad de Leiden encontró que “el riesgo de trombosis en las venas difiere claramente según el tipo de progestógeno y la dosis de estrógeno del anticonceptivo”. De entre los progestógenos, el que menos aumenta el riesgo es el levonorgestrel. Para el gestodeno, el desogestrel, el norgestimato, la ciproterona acetato y la drospirenona, el riesgo de trombosis es de entre una vez y media y el doble que con levonorgestrel.
El estudio holandés también investigó la incidencia de la cantidad de estrógeno contenida en la píldora sobre el riesgo de trombosis. Ya se sabía que, con una dosis de 0,03 miligramos de estrógeno (etinilestradiol), el riesgo era casi la mitad que para una dosis de 0,05 miligramos. Los investigadores encontraron que, cuando la dosis de estrógeno bajaba a 0,02 miligramos, el riesgo bajaba un 20 por ciento respecto de la de 0,03.
Como conclusión, el equipo de Leiden encuentra que “la opción más segura con respecto al riesgo de trombosis venosa es un anticonceptivo oral que contenga levonorgestrel combinado con una baja dosis de estrógeno”.
Los investigadores observan que “todos los anticonceptivos orales empleados actualmente son igualmente efectivos para prevenir el embarazo” y desestiman otros argumentos que se han usado para propiciar el uso de una u otra marca: “Con respecto a la posibilidad de aumento de peso, no hay claras diferencias entre los anticonceptivos comúnmente usados”; lo mismo sucede “con respecto al alivio de síntomas premenstruales o incluso respecto del acné”. Entonces, “la elección de un anticonceptivo oral debería priorizar aquellos que tengan menos efectos colaterales” y observa que “dado que cien millones de mujeres usan anticonceptivos orales en el mundo, aun los efectos negativos infrecuentes afectan a muchas”. Entretanto, en relación con el riesgo de trombosis, “muchas mujeres no usan las marcas más seguras de anticonceptivos”, advierten los investigadores de la Universidad de Leiden.

El British Medical Journal publica también un estudio de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, dirigido por Ojvind Lidegaard, a partir de datos que el sistema de salud de ese país registró en un total de 10,4 millones de mujeres, de 15 a 49 años, entre 1995 y 2005: “Los anticonceptivos orales con desogestrel, gestodeno o drospirenona se asocian con un riesgo significativamente más alto de trombosis venosas que los anticonceptivos con levonorgestrel”. En una nota editorial firmada por Nick Dunn, el Journal señala que “la notable concordancia entre ambos estudios sostiene su validez” y observa que “todos los progestágenos recientemente desarrollados, con la posible excepción del norgestimato, parecen estar en desventaja en relación con el tromboembolismo venoso”. Agrega que “las mujeres con historia personal o familiar de tromboembolismo venoso no deberían tomar anticonceptivos orales combinados de ningún tipo”.


Lo que ofrece el mercado
Por Pedro Lipcovich
Página 12/ 29/9/09

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/130801-42155-2009-08-29.html

“Los anticonceptivos de tercera generación, que podrían incrementar el riesgo de trombosis (ver nota principal) son los que más se venden en la Argentina”, señaló Martín Cañás, integrante de Gapurmed (Grupo Argentino para el Uso Racional de los Medicamentos) y asesor de la Fundación Femeba.

“Los laboratorios farmacéuticos suelen buscar alguna pequeña modificación en sus productos para obtener nuevas patentes o captar nuevos mercados –comentó Cañás–. A la tercera generación de anticonceptivos se le atribuyeron virtudes como la de causar menos aumento de peso. Las empresas los publicitan de ese modo en revistas médicas o farmacéuticas, la supuesta virtud del producto se difunde desde los profesionales a las pacientes y después, entre las mujeres, por el ‘boca a boca’.”

Muchas marcas de anticonceptivos en venta en la Argentina incluyen las drogas que, según las investigaciones publicadas por el British Medical Journal, presentan riesgo aumentado de trombosis venosa. Entre los que contienen gestodeno, están: Ginelea, Gynovin, Biofem, Cuidafem, Femiane, Harmonet, Livianne, Mercilon, Secret 28, Aleli, Mirelle, Minesse y Venisse. Entre los que contienen desogestrel, están: Marvelonb, Carmin, Camelia y Lumilac. Entre los que contienen drospirenona, están: Divina, Kala, Yasmin, Kirum, Máxima, Isis, Damsel, Umma, Diva, Yasminelle, Damsella, Isis Mini, Kirumelle y Yaz. Entre los que contienen ciproterona, están: Mileva, Diane 35 y Zinnia.

Entre las que sí cumplen las condiciones de menor riesgo de trombosis indicadas en el British Medical Journal (levonorgestrel combinado con 0,02 miligramos de etinilestradiol) están: Femexin, April, Miranova, Norgestrel Minor y Norfen. Algo más de riesgo, por tener mayor cantidad de estrógeno (0,03 miligramos de etinilestradiol, combinado con levonorgestrel) tendrían: Evelea, Microvlar, Afrodita, Nordette, Microgynon, Norgestrel Plus y Anubis. Aún más estrógeno (0,05 miligramos de etinilestradiol, combinado con levonorgestrel) tiene el Neogynon.


Anticonceptivos en números
Por Pedro Lipcovich
Página 12/ 29/9/09
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/130801-42156-2009-08-29.html

El uso de métodos anticonceptivos evita, cada año en todo el mundo, 187 millones de embarazos no deseados, que hubieran conducido a 105 millones de abortos, 60 millones de nacimientos no planeados, 2.700.000 millones de muertes de niños y 215.000 muertes de mujeres en relación con el embarazo. El 63 por ciento de la población mundial los utiliza.

Según las directivas de la OMS, los requerimientos mínimos para una mujer que se proponga empezar a tomar píldoras anticonceptivas con alguna combinación de estrógenos y progesterona consiste en: examinar la historia personal familiar de trombosis venosas profundas y medir la presión arterial antes y luego de empezar a tomar las pastillas. Este método anticonceptivo está contraindicado para las mujeres fumadoras mayores de 35 años.

La efectividad de cada método debe relacionarse con su aceptación y cumplimiento por parte de la usuaria o la pareja. “El ‘uso típico’ –el que tiene lugar en la realidad– es menos efectivo que el ‘uso perfecto’: así, los anticonceptivos orales y los parches transdérmicos tienen una tasa de fallas de 0,3 por cada 100 mujeres por año, cuando el uso es perfecto, pero esta tasa se eleva al ocho por ciento con el uso típico. En las pastillas que sólo incluyen progesterona, una demora de tres horas en tomarla puede hacerlas ineficaces.

La administración simultánea de ciertos medicamentos, por ejemplo antibióticos como la rifampicina, puede anular la eficacia de las píldoras anticonceptivas.

Además de su efecto anticonceptivo, las píldoras combinadas pueden tener efectos beneficiosos o perjudiciales para la salud general de la usuaria. Entre los beneficiosos están la disminución del riesgo de cáncer de ovario y de útero. Entre los perjudiciales, el aumento del riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, cáncer de cuello de útero e hipertensión.

(Fuente: “Anticoncepción para mujeres: una revisión basada en la evidencia”, por Jean-Hacques Amy y Vrijesh Tripathi. Publicado en British Journal of Medicine.)

Los estudios mencionados en la nota  incluyen

van Hylckama Vlieg A, Helmerhorst FM, Vandenbroucke JP, Doggen CJ, Rosendaal FR.  The venous thrombotic risk of oral contraceptives, effects of oestrogen dose and progestogen type: results of the MEGA case-control study. BMJ 2009; 339:b2921


Lidegaard Ø, Løkkegaard E, Svendsen AL, Agger C. Hormonal contraception and risk of venous thromboembolism: national follow-up study. BMJ 2009; 339: b2890


Amy J-J, Tripathi V. Contraception for women: an evidence based overview. BMJ 2009; 339:b2895



también vale la pena el editorial
Dunn N. Oral contraceptives and venous thromboembolism. BMJ 2009; 339: b3164








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